Los hombres se fijan en cosas como el cabello, el cutis o las pompis de las mujeres, y a ellas les llama la atención cosas como que huela rico, que sea cariñoso y buen conversador.
Cuando un hombre y una mujer conocen a Dios, su forma de relacionarse con el sexo opuesto debería cambiar basándose en el respeto y no solamente en la atracción o deseo.
Cuando un hombre y una mujer conocen a Dios, su forma de relacionarse con el sexo opuesto debería cambiar basándose en el respeto y no solamente en la atracción o deseo.
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